11.23.2007

Señor:

Photo Sharing and Video Hosting at Photobucket

Según dicen ya tiene usted otra amante.
Lástima que la prisa nunca sea elegante.
Yo sé que no es frecuente que un hombre,
se resigne a ser viudo, sin haber sido esposo.

Y me parece injusto discutirle el derecho
de compartir sus penas sus goces y su lecho
pero el amor señor cuando llega el olvido
También tiene el derecho de un final distinguido.

Perdón... Si es que le hiere mi reproche... Perdón
aunque sé que la herida no es en el corazón
Y para perdonarme... Piense si hay más despecho
que en lo que yo le digo, que en lo que usted ha hecho.

Pues sepa que un hombre con la espalda desnuda
sin luto en una fiesta, puede ser un viudo.
Pero no como tantos de una difunta señora
sino para el solo, viudo de un gran amor.

Y nuestro amor recuerdo, fue un amor diferente
al menos al principio, ya no, naturalmente.

Usted será el crepúsculo a la orilla del mar,
que según quien lo mire será hermoso o vulgar.
Usted será la flor que según quien la corta,
es algo que no muere o algo que no importa.

O acaso cierta noche de amor y de locura
yo vivía en un sueño y... y usted una aventura.
Si... usted juró cien veces ser para siempre mío
yo besaba sus labios pero no lo creía.


Usted sabe y perdóneme que en ese juramento
influye demasiado la dirección del viento.
Por eso no me extraña que ya tenga otra amante
a quien quizás le jure lo mismo en este instante.

Y como usted señor ya aprendió a ser infiel
a mí así de repente me da pena por ella.

Sí es cierto... alguna noche su puerta estuvo abierta
y yo en otra ventana me olvidé de su puerta
O una tarde de lluvia se iluminó mi vida
mirándome en los ojos de un desconocido.

Y también es posible que mi amor indolente
desdeñara su vaso bebiendo en la corriente.
Sin embargo señor... Yo con sed o sin sed
nunca pensaba en otro... si lo besaba a usted.

Perdóneme de nuevo si le digo estas cosas
pero ni los rosales dan solamente rosas.
Y no digo estas cosas por usted ni por mí
sino ... por los amores que terminan así.

Pero vea señor... que diferencia había
entre usted que lloraba... y yo que sonreía.
Pues nuestro amor concluye con finales diversos
usted besando a otra... Yo escribiendo estos versos.